YO, DANIEL BLAKE trata sobre la dignidad, de cuando solo te
queda la dignidad y lo has perdido todo, que no te queda ni la mesa donde poner
el teléfono. Trata también de lo absurdo de un Estado que no te ayuda cuando
estas desesperado. Trata de cuando no te queda ni para comprar compresas. Trata
de cuando te expulsan del sistema. Trata de tu vecino, de esos ciudadanos que
nos cruzamos todos los días y novemos. No es una película que te vaya a hacer reír,
pero si va conseguir que te emociones, es amarga porque habla de la desolación,
de la supervivencia, de la derrota, de los eternos perdedores que ya han tirado
la toalla, de cuando no te quedan fuerzas y estas acorralado. KEN LOACH nos
ofrece una película estremecedora, realista, sin maniqueísmos ni panfletos. No
siempre el cine se disfruta de la misma manera, hay veces que lo puedes
disfrutar con una historia de ficción y otras con una historia como esta, que
te transmite sensaciones intensas, te revuelve el alma, te asusta, te emociona
y lo hace sin sensiblería, sin imposturas. Es una película creíble y trágica,
cine en estado puro.
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