EL DIABLO SOBRE RUEDAS fue una película que vi cuando era un
crio en el cine en una sesión doble, era la segunda película, no recuerdo cual
era la primera que pasaron, pero sí recuerdo esta. Hasta entonces habíamos
visto como los malos que perseguían a la gente y la amenaza podían ser todo
tipos de monstruos, unos salían del mar, otros de la tierra y algunos venían de
selvas lejanas, podían ser hombres que se transformaban en hombres lobos, o
alguien en un momento dado podía reanimar a un muerto o seres siniestros que deambulaban
por la noche con sus afilados colmillos en busca de sangre. Pero nunca en
nuestro imaginario podía sospechar que la amenaza pudiera estar en un camión,
en algo cotidiano que podías ver en la carretera. Y ese camión daba mucho
miedo, echando continuamente humo por sus chimeneas como si tuviera vida
propia, su aspecto era fiero y terrible y no sabias quien lo conducía, no
importaba era el camión el ser diabólico.
En aquellos años no
importaba quien dirigía las películas, por lo tanto hasta que años después volvió
a producirnos terror, esta vez el monstruo estaba en el mar y nunca lo habías
visto como una amenaza, era un tiburón y el nombre del director STEVEN SPIELBERG,
uno de los directores que más ha alimentado nuestro imaginario y nuestros
sueños y al que le debemos que nuestra vida desde entonces haya sido más rica
en ilusiones y sueños y alguna pesadilla.
EL DIABLO SOBRE RUEDAS es una película sencilla, con poco
presupuesto, dicen que en un principio era para visionarla por TV, pero que
debido a su calidad decidieron estrenarla en las salas de cine. Con este filme
Spielberg daba comienzo a una de las carreras con mas éxito en toda la historia
del cine y para mi esta es una de sus más grandes y mejores películas, porque
me parece un derroche de imaginación y de efectos técnicos para conseguir que crear
una historia que desborda tensión y suspense. Luego vendrían sus taquillazos,
pero esa es otra historia que ya iremos detallando, pero este fue el comienzo y
lo hizo de una manera magistral y sublime.
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