jueves, 15 de diciembre de 2011

WARRIOR. Lucha, Dolor y Rabia

   WARRIOR es de esas películas pequeñas que encierran grandes cosas.  En principio puedes esperar una película más de boxeo o de Artes Marciales, pero enseguida percibes que no es así, que no es lo que esperabas que no tiene los tópicos de las películas de lucha.
    La historia la hemos visto muchas veces en el cine, una familia desestructurada por culpa de un padre alcohólico, veterano de Vietnam que un día fue boxeador, y la de sus dos hijos distanciados entre ellos y a la vez del padre, que por circunstancias de la vida deben volver al mundo de lucha que un día dejaron.  El destino querrá que en un torneo de lucha se tengan que enfrentar entre ellos dos.   Todo esto que parece contado miles de veces en este caso esta contado con una gran carga emotiva, con mucha alma y corazón.  Destila clasicismo de las mejores películas de boxeo de la vieja escuela.
   El director sabe diferenciar muy bien la parte dramática con la parte de lucha, concentrado al final de la película durante el torneo todas las escenas de boxeo o artes marciales. Cuando parece que la película se va a ir por los tópicos de este tipo de cine, vuelve a recuperar todo el carácter dramático con el enfrentamiento entre los dos hermanos, una lucha salvaje, llena de rabia y dolor, que encierra unos momentos de una emotividad nunca vista en películas de este genero, y es que WARRIOR no es para nada una película a uso de las artes marciales, es una película potente, brillante y conmovedora.
   El director es Gavin O’Connor que ya dirigió en el año 2008 “Cuestión de honor”, en la cual ya contaba también el conflicto de dos hermanos pero esta vez en el mundo del hampa.
   En el reparto figura Nick Nolte que da vida al padre, el cual esta bastante comedido y muy sobrio. En definitiva una muy buena película con un gran pulso, con una esplendida realización y narrada de forma sobria y contundente.
                                          

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